(Foto Fernando Martinez/MDZ)
La poderosa "Tormenta eléctrica" fue la canción elegida para abrir la noche, seguidas por el glamoroso hard "Los chicos quieren Rock", la balada "Solo para amarte", la fuerte crítica social de "Señor espectro", y el ajustado tema instrumental "Batalla Persa" donde se pudo apreciar sobre el escenario a una máquina demoledora en donde cada integrante constituye una pieza clave de este engranaje. Piezas que encajan a la perfección, dejando en claro que nada está librado al azar.
El concierto continuó con la seguidilla de hits "Volviendo a casa", "El sueño de la gitana", "Aún estas en mis sueños" y "Rock and Roll Hotel", apoyadas por la línea de bajo de Guillermo Sánchez, los teclados de Danielo Mochen, la batería de Fernando Scarcella y, por supuesto, el gran trabajo vocal de Adrían Barilari y la guitarra mística de Walter Giardino. Cinco músicos capaces de alternar estilos musicales e intensidad. Llevarte desde el heavy clásico de Judas Priest ("Rebelde y solitario"), el power épico de Halloween ("La llave de la puerta"), el hard rock glamoroso de Mötley Crüe ("Los chicos quieren rock"), pasando por ese toque distinguido de metal soft californiano ("Tan Lejos").
Si hay algo que reconocerles a Rata Blanca en tantos años de trayectoria es que gracias a ellos ingresó dentro del heavy metal nacional nuevos conceptos y personajes: elfos, brujas, hadas, dragones; temática inédita para una década del 80 marcada por las letras contestatarias de V8. Pero además, sumaron otro actor fundamental: la del guitarrista virtuoso, mágico, veloz y místico. Walter Giardino genera una especie de campo de atracción a su alrededor, un magnetismo que te atrapa con cada nota, armonía o punteo que ejecuta, trasmitiendo esa magia que encierra el sonido de una guitarra.
Su actitud frente al instrumento es apabullante sumado a la composición, la técnica, el dominio del ritmo, las melodías y las armonías. Todo esto quedó muy en claro cuando realizó un solo de guitarra de 8 minutos - con elementos de heavy, hard rock, glam, blues y también influencias de la vertiente más pesada del rock progresivo-, para terminar interpretando "Hallelujah", de Leonard Cohen, en la versión del brillante guitarrista Jeff Buckley.
Luego de dos horas de concierto llegó el momento de los bises: "El Reino", "Guerrero" y "Abrazando el rock", para finalizar con las míticas e inolvidables "Mujer amante" y "La leyenda del hada y el mago".
No cabe dudas: Rata Blanca es una de las bandas nacionales que mejor suena en vivo. En casi tres horas de show ( 23 canciones) demostraron que le sobran canciones para edificar un show potente y efectivo. Uno de los mejores conciertos de lo que va del año en Mendoza, dejando muy en claro que su música no perdió vigencia ni efectividad.
Fuente : MDZ on line
Autor : Gonzalo Arroyo
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