Después de siete años, la banda liderada por Walter Giardino grabó nuevo disco de estudio, Tormenta eléctrica, y lo presentó en el Luna Park. Ante alrededor de ocho mil personas, Rata Blanca demostró su vigencia.
(Sábado 12 de septiembre / Luna Park) A dieciséis meses de su último show en Capital Federal, Rata Blanca regresó con su rock metálico al mítico estadio porteño para presentar Tormenta eléctrica, su décimo álbum lanzado primero en formato digital y después en CD en agosto. Se trata del primer disco de estudio en siete años (su predecesor fue El reino olvidado, 2008).
Luego de pasar por Paraguay, La Plata, Rosario y Tandil, el guitar hero Walter Giardino, Adrián Barilari (voz), Guillermo Sánchez (bajo), Fernando Scarcella (batería) y Danilo Moschen (teclados) brindaron un show de tres horas con un repertorio en el que desfilaron los temas nuevos y los clásicos de Rata Blanca, ante alrededor de ocho mil personas (de todas las edades).
Con una gran puesta en escena (que incluyó tres pantallas y juego de luces), el show arrancó bien arriba con“Tormenta eléctrica” y “Los chicos solo quieren rock”, las dos canciones que abren el último álbum, para que enseguida llegue el primer estallido con “Solo por amarte”, clásico infaltable del primer disco de la banda, que apareció allá por 1988.
Con excepción de “Mansión de la Adivina” (el bonus track exclusivo para la descarga digital), todos los temas nuevos estuvieron incluidos en la lista y, además de los iniciales, se destacaron: “Rock and Roll Hotel”,“Buscando pelea” y el instrumental “Batalla persa”, donde los virtuosos dedos de Giardino sobre las cuerdas de su guitarra dieron paso a un solo del batero Scarcella de casi siete minutos, que culminó con una gran ovación que enseguida se convirtió en una explosión cuando empezaron a sonar los acordes de “El sueño de la gitana”.
Como es costumbre en los shows de Rata Blanca, en algunos temas se pudo ver a Barilari cantando con su aguda e inconfundible voz, desplegándose por todo el escenario y sonriendo en complicidad constante con el público apostado en la valla; y, en otros, retirándose para cederle el protagonismo a Walter Giardino para que desintegre la guitarra con sus infaltables interludios, custodiado por una pared de doce amplificadores. Siempre es fascinante ver con la naturalidad que se deslizan sus dedos, como si le hiciera cosquillas a la guitarra y ella riera a carcajadas, logrando sonidos que hacen que uno se agarrarse la cabeza y se muerda los labios al oírlos.
De la mano del guitarrista, el show transita por distintos pasajes. Por ejemplo, te hace entrar en un trancepinkfloydeano (acompañado por Moschen en los teclados) para luego sonar bien al palo a lo AC/DC o ponerse meloso interpretando (en honor a su madre presente en la platea) la melodía del famoso tema de Leonard Cohen“Hallelujah” con el publico acompañándolo con los coros.
Sin lugar a dudas, los puntos más altos del recital se vivieron con los hits “Volviendo a casa”, “La otra cara de la moneda”, “Guitarra española”, “Callejero”, “Aun estás en mis sueños”, “El Reino olvidado”, “El guerrero del arcoíris” (con el pogo más grande de la noche), “Mujer amante” y “La leyenda del hada y el mago”, que finalizó con Giardino arrancándole las cuerdas a su guitarra para obsequiarlas al público como en cada show.
La tormenta no se detiene: De acá a diciembre, la gira llevará a los músicos por distintos puntos del país, Bolivia, Chile, México y Uruguay. Como lo marca su historia, Rata Blanca llevará este nuevo concierto por toda América, lo que demuestra que sigue tan vigente como hace casi treinta años.
Fuente: esquinarockweb.com.ar
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