El sábado por la noche Rata Blanca estrenó oficialmente su nuevo trabajo de estudio, “Tormenta Eléctrica”, ante un Luna Park colmado con un concierto de casi tres horas de duración y un recorrido que incluyó nuevas canciones y, por supuesto, los clásicos de siempre.
Cuando Rata Blanca comenzó su historia en vivo, allá por agosto de 1987 en el Teatro Luz y Fuerza, la búsqueda fue grande desde momento cero. Aquella primera actuación contó con un gran despliegue escenográfico excepcional gracias a la ayuda de Federico Rowek, padre de Gustavo, baterista original, y director de iluminación del Teatro Cervantes. Se cumplieron 28 años del debut hace pocos días y la apuesta sigue siendo la misma, aún cuando pasó tanto agua debajo del puente. La banda comandada por Walter Giardino volvió a actuar el sábado en un escenario grande de la Capital Federal, tras casi un año y medio sin hacerlo, con la excusa de presentar “Tormenta Eléctrica” en el Luna Park, la más reciente producción de estudio tras siete años sin novedades y grabar su nuevo DVD. ¿El resultado? Más allá de las críticas que recibió el álbum, buenas y malas, los rateros que llenaron El Palacio De Los Deportes se encontraron con un concierto aplastante de casi tres horas de duración que incluyó 25 canciones entre los diez tracks nuevos y clásicos eternos y una gran puesta de luces y sonido, que comenzó regular y se afirmó con el pasar de los temas.
Pasadas las nueve de la noche, las luces se apagaron y entre rayos y centellas, con el Luna inmerso en una completa oscuridad, los acordes de Tormenta Eléctrica y “Los Chicos Quieren Rock” avisaban que la faena había comenzado. Esta versión 2015 de La Rata los muestra como un grupo volcado más al hard rock que al estilo neo-clásico con el que irrumpieron en la escena de la música pesada nacional, mostrando un sonido poderoso, coros que acompañan el ritmo, estribillos fáciles de cantar con riffs y melodías pegadizas y un sello propio inconfundible en canciones como “Tan Lejos De Aquel Sueño”, otra de las que se perfila como hit infaltable en su nuevo repertorio. Queda en evidencia que para este décimo trabajo Giardino es mas líder que nunca, función que no le pesa y que tampoco podría desarrollar con tanta seguridad sin el pedazo de banda que tiene de soporte con un Adrián Barilari como principal aliado en plena forma, cantando a gran nivel ,y el trío Guillermo Sánchez en bajo, Fernando Scarcella en batería y Danilo Moschen en teclados cumpliendo una performance superlativa.
Tres pantallas gigantes, luces envidiables y una pared de Marshall conformaban una puesta que nada tiene que envidiarle a muchas de las bandas internacionales que visitan nuestras tierras, lo cual no es poco. Esto es lo que hace grande a Rata Blanca, que llegaba inmersa en el ruedo a esta, la gran parada de su gira latinoamericana, que arrancó semanas atrás en San Juán. Esta fecha quedará registrada en un DVD que hará eterno este concierto mostrando una foto actual del grupo tras doce años desde aquel “Poder Vivo” (2003) grabado en Obras.
Promediando el repertorio, la instrumental “Batalla Persa” fue uno de los mejores momentos del show, donde Fernando Scarcella se animó a un correcto solo de batería y Walter Giardino al primer gran solo de la noche, coqueteando con páginas históricas de Deep Purple, Pink Floyd y un fragmento de “Hallelujah”, la cual dedicó especialmente a su madre, quien estaba presenciando el concierto, tras ejecutar su obra “Preludio Obsesivo”.
Para aquellos que imploraban viejas perlas, no faltaron “Solo Para Amarte”, “El Sueño De La Gitana” ni tampoco “Chico Callejero”. En la misma sintonía de esta última podemos sumar la lírica barrial y callejera de “Buscando Pelea” y “Señor Espectro” con sirenas marcando el final mientras Barilari canta “¿Sabe señor?, donde nací, siempre nos corrió la policía”. Era evidente, lamentablemente, que en este concierto no se iban a jugar eligiendo rarezas, pero metieron mano en “La Llave De La Puerta Secreta” (2005) con el tema homónimo, “La Otra Cara De La Moneda” y “Guitarra Española”.
Era tiempo de relajarse y tomarse un descanso antes del final. Para el momento de los bises tampoco hubo sorpresas: Tras la intro de “Las Voces Del Mar”, el pegadizo riff de “El Reino Olvidado” puso a saltar a la multitud que copó el Luna Park para cerrar a toda máquina con “Guerrero Del Arco Iris”, “Abrazando Al Rock And Roll” y las infaltables “Mujer Amante” y “La Leyenda Del Hada y El Mago”.
Como una especie de super héroe, al mejor estilo He-Man y su clásico “Yo tengo el poder”, Walter Giardino golpeaba su Fender, la izaba con orgullo y le sacaba una por una las cuerdas para coronar un final a todo trapo ante una multitud que no escatimó en aplausos. Si bien son casi tres décadas en la ruta, Rata Blanca sigue manteniéndose como una de los grupos emblema en su género y superando críticas con canciones.
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